A continuación tenéis 3 textos sobre globalización. Debéis leerlos y escribir sobre ellos: de qué tratan, qué tesis sostienen, si estáis a favor y porqué sí o no. ¿sostienen lo mismo?
Texto 1: Esta pregunta también es
para usted
[…]¿Qué es la ética? Concluimos, en aquel debate, que no
es otra cosa que hacerse preguntas. No hay una fórmula matemática que
determine qué empresa es ética, pero si esta lo quiere ser tendrá que
preguntarse cómo está afectando a sus proveedores, a los clientes, a sus
empleados, al medio ambiente y al conjunto de la sociedad.
Personas o empresas, somos éticos cuando nos
responsabilizamos de lo que hacemos y nos preguntamos cómo podemos mejorar el
impacto que, de forma inevitable, tenemos a nuestro alrededor. Hay un
refrán que dice: la calle estaría limpia si cada cual barriera su trozo de
acera. ¿Cuál es el trozo de acera de tu empresa? ¿Y el tuyo como
ciudadano? Eso hay que ser capaz de verlo y también de asumirlo.
Hoy todos y cada uno, lo queramos o no, estamos en un
combate. Sin ánimo de simplificar más de la cuenta, se pueden identificar
al menos dos modelos de sociedad y de ser humano contrapuestos. El de
la especulación y el beneficio por el beneficio, que avanza por inercia, y el
de las personas y empresas de la economía real que quieren actuar con valores y
que se plantean su existencia como una oportunidad para la transformación
social, no solo para la supervivencia.
Como comentamos en el evento de Triodos Bank, es
cierto que en el camino hacia las empresas con valores hay algunos que actúan
con más sinceridad y otros más por moda o por fachada. Pero estoy convencido de
que llegará el momento en que las empresas que no sean auténticas no
funcionarán, porque las personas no les permitirán que, por ejemplo, no
sean transparentes de verdad y utilicen este concepto como simple marketing.
Dicho muy llanamente, se les verá el plumero.
Ante la eterna excusa del mercado que todo lo dicta y lo
puede, estamos cambiando ese mercado. Cuando empezó la alimentación
ecológica, por ejemplo, era cosas de unos pocos idealistas; pues ha crecido
muchísimo desde entonces, y así con muchas otras actividades y maneras
diferentes de trabajar, hacer negocios y vivir.
Ya somos muchos más de los que algunos desearían o reconocen,
el problema es que aún nos falta algo fundamental, que es conectar. Es
época de grandes alianzas sociales, de movilizar a todos los que desde el
ámbito personal y profesional nos preocupa lo que ocurre en el mundo y nos
hacemos preguntas y, sobre todo, de unir fuerzas para decantar definitivamente
la balanza. Con tu consumo, con tu comportamiento, con tu empresa, ¿también te
sumas a dar el empujón decisivo a una economía más humana?
Joan Antoni Melé
Texto 2: ¿Estamos explotando al tercer
mundo?
Por añadir nueva leña a la acalorada discusión a que ha dado
lugar la entrada malthusiana de ayer, quiero señalar la falacia que consiste en
afirmar que la riqueza de los países ricos siempre se consigue a costa de los
países pobres. (Puede sustituirse "países" por "personas").
Para ver que esto es una falacia, no hay más que darse
cuenta de que a nosotros (pongamos, a los españoles) nos beneficiaría
económicamente muchísimo que los países de África (pongamos) fueran tan ricos
como nosotros somos ahora. Seiscientos millones de personas con un poder
adquisitivo considerable, supondría la posibilidad de hacer muchísimo negocio
(muchas cosas para venderles, mucha más gente para venir de vacaciones, y eso
por no hablar de la posibilidad de invertir poniendo fábricas u otras
industrias allí, cosa prácticamente imposible en las circunstancias actuales).
Quien no se haya convencido aún, que piense a la inversa:
¿nos beneficiaría económicamente a los españoles que el resto de Europa se
hiciera de repente tan pobre como África es ahora? ¡Sería nuestra ruina!
Es la riqueza de los demás (y no su pobreza) lo que crea
nuestra propia riqueza.
De ahí que la cooperación sea mucho más provechosa que el conflicto
(empobrecer a tu enemigo mediante una guerra, te perjudica muchísimo, y no sólo
por lo que gastas en la guerra).
NOTA: dicho lo cual, no se sigue que no haya situaciones de
explotación en el tercer mundo (¡y en el primero!), de las cuales los países
ricos (o algunas de sus empresas y ciudadanos) sean responsables directos. Pero
el argumento significa que esas explotaciones nos perjudican económicamente más
de lo que nos benefician.
Jesús Zamora Bonilla
Texto 3: Llega la 'moda sostenible': "No puede ser que
las marcas ganen un 800% por prenda"
María Almazán es la cofundadora de la empresa de moda
sostenible Latitude.
«Al hablar
del textil pensamos en gente cosiendo, pero en realidad es
una cadena enorme. Desde los cultivos de las fibras naturales como el
algodón o la extracción del poliéster hasta que terminas la prenda, la planchas
y la metes en una bolsa».
«La industria textil es la segunda más contaminante a nivel mundial. Solamente es
superada por la petrolífera».
«Hace una década trabajé en el departamento de Compras
Internacionales de una gran marca. Estuve cuatro años viajando por Asia
controlando toda la cadena de valor de la producción».
«He visto gente bebiendo agua del bote de un pesticida
porque no saben de su peligrosidad. Ríos del color del vaquero de la
temporada. Madres cosiendo, con el niño a los pies, sentadas 10 horas en un
taburete en sitios sin ventilación. En las zonas de corte, la mayor parte de
los trabajadores tenía la cara abrasada por las partículas que se desprenden».
«No puede ser que las marcas ganen un 800% del valor de
una prenda. No puede ser que el consumo de moda genere estas injusticias y
desigualdades».
«Todas las empresas están implementando líneas sostenibles.
Pero yo siento que las grandes marcas son como trenes de alta velocidad: tienen
que cambiar sus procesos con el tren en movimiento y que los beneficios se
mantengan. Es un tema puramente económico».
«Una camiseta en una gran superficie cuesta nueve euros
cuando las marcas la compran como mucho por dos euros, pero es que la
camiseta que cobran a 18 euros cuesta lo mismo. Si produces esta última de
manera sostenible te costaría cinco o seis. ¿Realmente no te puedes permitir
eso?».
«El comprador se desvincula de esta situación por distintos
motivos. Primero se trató de ocultar, pero cuando te lo ponen de frente hay
que mirar. Después se intentó que tuvieras la sensación de que el problema es
tan gordo que no puedes hacer nada».
«El consumidor tiene una fuerza inmensa porque, si no compra,
la industria tendrá que cambiar. En España todavía hay una generación
intermedia que ha educado a los consumidores de hoy y que solamente se podía
comprar un abrigo cada cuatro inviernos. Poder comprarse 700 abrigos les da una
felicidad inusitada que sus nietos no sentirán».
Fátima Elidrissi
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